Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

Una de las características de Roma de la que menos te habla la gente que allí estuvo, es que podría considerarse el mayor museo del mundo. Si hablamos sólo de pintura; la cantidad de obras de Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y muchos más que se puede ver es realmente inmensa; y en la mayoría de los casos gratuita al estar en iglesias cuyo acceso es libre. Tan sólo hay que planificar la búsqueda y los horarios y disfrutar de estos genios.

A continuación, detallo por orden las fotos de la galería: título, año, autor, soporte y lugar.

Foto de portada del post: Detalle de la Escuela de Atenas, en la que Pitágoras explica su libro y los principios del Diatéssarón; por detrás suyo está Averroes que mira fijamente a Telange (discípulo de Pitagoras, por eso le sostiene la pizarra). Más info del cuadro aquí.

Las Sin Identificar, no las he encontrado así que si alguien las sabe, se agradece la info.

La Pietá (1499), Miguel Angel, Mármol, Basílica de san Pedro del Vaticano

Moisés (1536), Miguel Angel, Mármol, Iglesia San Pietro In Vincoli

La Vocación de San Mateo, Caravaggio, Iglesia San Luis de Los Franceses

La inspiración de San Mateo (1602), obra pictórica, Caravaggio, Iglesia de San Luis de los Franceses (Capilla Contarelli)

El martirio de San Mateo (1600), obra pictórica, Caravaggio Iglesia de San Luis de los Franceses (Capilla Contarelli)

Sin identificar, Rafael, Museos Vaticanos

Bóveda de la estancia de la Sala Constantino (1585), obra pictórica, Tommaso Laureti, Sala Constantino (Museos Vaticanos)

La Donación de Roma (1523), Obra pictórica, Rafael, Museos Vaticanos

La batalla de Constantino contra Magencio, Rafael, Museos Vaticanos

La Escuela de Atenas, Rafael, Museos Vaticanos. 3 detalles.

El Extasis de Santa Teresa (1652), Mármol, Bernini, Iglesia de Santa María de la Victoria

Sin identificar

Conversión de San Pablo (1600), obra pictórica, Caravaggio, Iglesia de Santa María del Pópolo

Crucifixión de San Pedro (1600), obra pictórica, Caravaggio, Iglesia de Santa María del Pópolo

Relacionado:

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Si hay algo que en Roma hay para aburrir, además de iglesias (más de 900!!), son cúpulas y Obeliscos.

Las primeras es lógico con la cantidad de iglesias y basílicas que hay, pero lo de los obeliscos es realmente sorprendente ya que en cada plaza en la que entras, casi casi que hay uno.

Concretamente hay 13 obeliscos, 8 de los cuales provienen del antiguo Egipto y 5 de la antigua Roma.

En las fotos muestro los siguientes Obeliscos:

Obelisco Agonal, en la Piazza Navona. 30m de altura (16,53m sin incluir la base). De la antigua Roma, hecho como una copia de estilo egipcio con jeroglíficos.

Obelisco Quirinal, en la Piazza del Quirinale. 28,94m de altura (14,63 sin la base).

Colonna (columna) de Marco Aurelio, en la Plaza Colonna. No es un obelisco tal cual, sino una columna marmórea de 30m de altura, pero se me apetece incluirla en esta relación.

Obelisco Solare, Piazza di Montecitorio, Antiguo Egipto y con 33,97m de altura (21,79m sin base). Augusto lo llevó a Roma en 10 a. C. junto con el obelisco Flaminio para formar el gnomon de un reloj de sol en el Campo de Marte. Encontrado en el siglo xvi pero vuelto a enterrar. Redescubierto y re-erigido por el papa Pío VI enfrente del Palazzo Montecitorio en 1792.

Obelisco Vaticano, en la Piazza de San Pedro de 41m hasta la cruz (25,5m sin el apoyo de los leones de bronce). Antiguo Egipto. Llevado a Roma por Calígula en el 37.

Obelisco Salustiano, sobre la escalinata española de la Plaza de España frente a la Iglesia de Trinitá dei Monti. De 30,45m (13,91 sin base), se trata de una copia realizada en época romana copiando jeroglíficos de los faraones Seti I y Ramsés II del Obelisco Flaminio.

Obelisco Flaminio, en Piazza del Popolo. Antiguo Egipto, Faraón Ramsés II de 36,50m (24 sin base).

Relacionado:

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro – asturPaco Fotografía

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

El anfiteatro de Flavio está ubicado en el este del Foro Romano y fue el más grande de los que se construyeron en el Imperio romano, pasa a ser llamado Coliseo (Colosseum) porque a su lado había una gran estatua; el Coloso de Nerón,​ un monumento dedicado al emperador Nerón que posteriormente sufrió transformaciones y acabó desapareciendo.

Se completó en 80 d. C. por el emperador Tito, y fue modificado durante el reinado de Domiciano.​ Poseía un aforo para unos 65 000 espectadores, con ochenta filas de gradas. Los que estaban cerca de la arena eran el Emperador, su familia y los senadores, y a medida que se ascendía se situaban los estratos inferiores de la sociedad​.

Retos técnicos para su construcción: (extraído de este interesante post sobre los anfiteatros romanos)

Estaba situado en una laguna . La solución aportada fue: desecar la zona y verter hormigón hasta doce metros de profundidad

La construcción de graderías de mármol de hasta 50 metros de altura y sustentación. La solución consistió en la construcción de bóvedas de cañón que iban desde la arena hasta la fachada.

Aprovisionamiento de agua y almacenamiento para la realización de espectáculos con aparición de grandes piscinas y una evacuación rápida del agua, depósitos y fuentes. El abastecimiento se realizaba con acueductos

La zona subterránea, debería ser suficiente para almacenar, movilizar materiales, personas y fieras , hacerlos aparecer y desaparecer de la arena con rapidez.

Disponer de buena comunicación con el exterior, creando subterráneos suficientes para el tránsito de jaulas con fieras, cuadrigas, bigas, escenarios y gladiadores

Por su parte, El Foro Romano era la zona central de la ciudad de Roma (semejante a las plazas centrales en las ciudades actuales) donde se encuentran las instituciones de gobierno, de mercado y religiosas. Al igual que hoy en día, era donde tenían lugar el comercio, los negocios, y la administración de justicia. En él se situaba el hogar comunal.

Originalmente había sido un terreno pantanoso, que fue drenado por los Tarquinios, mediante la Cloaca Máxima. Su pavimento de travertino definitivo, que aún puede verse, data del reinado de César Augusto.

El regreso del papa Urbano V desde Aviñón en 1367 despertó un creciente interés por los monumentos antiguos, en parte por su lección moral y en parte como cantera para construir nuevos edificios. Se extrajo gran cantidad de mármol para construcciones papales (en el Vaticano principalmente) y para cocer en hornos creados en el mismo foro para hacer cal. Miguel Ángel expresó en muchas ocasiones su oposición a la destrucción de los restos

Relacionado:

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Lo primero de todo un consejo: sacar las entradas con antelación para evitar las colas sino quieres pasarte 2 horas en ellas. Nosotros así lo hicimos y no esperamos nada.

Me chiva la wikipedia que el palabro museo proviene del latín, musēum y este, a su vez, del griego, Μουσείον, ‘santuario de las musas’. Pues aquí tienen tantas y tantas musas que el palabro hay que usarlo en plural. Así que el único museo de ciudad del Vaticano, en realidad son los Museos Vaticanos…

Los Museos del Vaticano nacen con las obras privadas de Julio II que al ser electo papa en 1503, trasladó su colección al Patio Octagonal. En el interior encontramos las colecciones que a través del tiempo los papas han acumulado, además de las grandes obras maestras de todos los tiempos (más de 70.000 objetos expuestos en una extensión de 42.000 metros).

Las salas más importantes son: Capilla Sixtina, Estancias de Rafael, Museos de antigüedades clásicas (Museo Pío-Clementino, Museo Chiaramonti, Brazo Nuevo, Museo Gregoriano Profano), Museo Gregoriano Etrusco (Anticuario romano, colección de jarrones), Museo Misionero Etnológico (100.000 obras provenientes de las misiones de todo el mundo divididas en África, América, Asia y Oceanía), Pinacoteca Vaticana (El hogar de las pinturas, en sus 18 salas se albergan cuadros de los más reconocidos artistas italianos: Perugino, Rafael, Leornardo, Caravaggio, Crespi, Bernini…), Sala de los Tapices (importante colección de tapices flamencos), Galería de los Mapas (luminosa sala está compuesta por mapas cartográficos pintados al fresco), Sala de la Inmaculada (el hogar de los «Ottocento”, arte italiano del siglo XIX), Museo Gregoriano Egipcio Cristiano (9 salas con monumentos e importantes restos pertenecientes al antiguo Egipto).

Relacionado:

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

La Plaza de San Pedro fue diseñada por (una vez más…) el gran Bernini, en el siglo XVII tras un encargo del Papa Alejandro VII para crear una plaza impresionante y majestuosa frente a la Basílica de San Pedro. La plaza se completó en 1667, después de más de una década de trabajo.

El diseño de Bernini para la plaza fue influenciado por el Renacimiento y el Barroco, y está compuesto por dos grandes brazos que se extienden desde la entrada de la basílica. La plaza tiene una forma ovalada, con una longitud de 240 metros y una anchura de 180 metros.

Bernini eligió el óvalo porque no era una elipse, de diseño y construcción más difícil e inusual en la arquitectura religiosa, y porque el óvalo es la unión de dos semicircunferencias que se intersecan en sus respectivos centros unidos por dos arcos de circunferencia, figura geométrica apreciada por la Iglesia debido a sus implicaciones cosmológicas. La plaza está flanqueada por una serie de columnatas semicirculares que rodean la plaza y dan la impresión de abrazar a la multitud. Estas columnas están dispuestas en cuatro filas y un total de 284 columnas rodean la plaza. Las columnas están decoradas con estatuas de santos y apóstoles (hay 140 estatuas de santos y 100 estatuas de ángeles) así como 90 bustos papales.

En el centro de la plaza se encuentra un obelisco egipcio que data del siglo XIII a.C. Fue traído a Roma en el siglo I d.C. y se convirtió en parte de la decoración de la circense de Nerón. El obelisco es uno de los más altos del mundo, con una altura de 25 metros.

Por su parte, la Basílica de San Pedro se completó en el siglo XVII y fue diseñada por varios arquitectos prominentes de la época, incluyendo a Donato Bramante, Michelangelo y Gian Lorenzo Bernini lo que resultó en una obra maestra arquitectónica que combina elementos del Renacimiento, el Barroco y el Neoclásico.

Por último, la cúpula fue diseñada por Miguel Angel, quien tomó el trabajo después de que falleciera su predecesor, el arquitecto Antonio da Sangallo. Miguel Angel realizó una serie de cambios en el diseño original de Sangallo, entre ellos el uso de una estructura de doble concha, lo que permitió que la cúpula fuese más alta y delgada que la propuesta original.

La cúpula tiene una altura total de 136 metros, y su estructura se compone de dos capas, una interior y otra exterior. La capa exterior tiene una forma de media esfera, mientras que la capa interior tiene una forma elíptica.

La estructura de la cúpula se basa en una serie de anillos de refuerzo, cada uno de los cuales soporta el peso del siguiente. En la parte superior de la cúpula hay una pequeña linterna, que proporciona luz natural al interior de la iglesia. La linterna está coronada por una cruz, que se encuentra a una altura de 137 metros sobre el nivel del suelo.

Esta cúpula es un ejemplo destacado de la arquitectura del Renacimiento y es una de las más grandes del mundo. Además, su diseño innovador y su uso de técnicas de construcción avanzadas han sido una inspiración para muchos otros arquitectos a lo largo de la historia.

Relacionado:

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Una de las visitas obligadas en Roma es todo lo que incluye el pequeño país llamado Vaticano. Es decir, Plaza y Basílica de San Pedro, Cúpula y Museos Vaticanos.

Decir que siempre hay mucha gente es quedarse corto. Por eso la mejor opción es madrugar antes de que pongan las calles y entrar de los primeros (7 am) para estar prácticamente sólo (lo de los museos vaticanos es otra historia).

Es necesario explicar para el que esté preparando un viaje a Roma, que la entrada a la basílica es gratuita (no así a los Museos Vaticanos donde es recomendable reservar con antelación para evitar las colas). Eso explica el llegar tan temprano. Una vez dentro sí hicimos una pequeña cola para la subida a la cúpula ya que no se puede reservar on line.

Dicho lo anterior, una de las vías de entrada al Vaticano es a través del puente y Castillo de San Angelo que nos lleva a la enorme Via de la Conciliazione (fotos en el próximo post) donde cruzamos la inexistente frontera Italo-Vaticana para llegar a la Plaza de San Pedro.

Originariamente fue construido por orden de Adriano para ser su mausoleo y finalizado en 139. En el año 403 perdió su condición de Sepulcro y fue convertido en baluarte defensivo recibiendo por primera vez el apelativo de castelum.

El nombre de San Angelo proviene del año 590, que en recuerdo de la visión del arcángel Miguel enfundando la espada que tuvo el papa Gregorio Magno durante una solemne procesión penitencial para alejar la peste que afligía Roma, visión interpretada como presagio del inminente final de la peste, cosa se produjo rápidamente se adoptó la denominación castellum sancti Angeli.​

Otra curiosidad es la existencia del Passetto, un pasillo fortificado que lo une a Ciudad del Vaticano, vía de escape de los Papas, y del que habla Dan Brown en su novela Angeles y Demonios.

El puente de San Angelo fue construido entre los años 134-139 por Adriano, destinado a extender el centro de la ciudad a su mausoleo. Se encuentra cubierto de mármol travertino y cruza el río Tíber con cinco arcadas.

En tiempos pasados, los peregrinos utilizaban este puente para llegar a la Basílica de San Pedro, por lo que era también conocido como «puente de San Pedro» (pons Sancti Petri).

Durante los siglos posteriores al siglo XVI, el puente se utilizó para exponer los cuerpos de los ejecutados en la cercana Piazza di Ponte, a la izquierda de la cabeza del puente.

En el año 1535, el Papa Clemente VII destinó los ingresos del peaje que había que pagar para cruzar el puente para erigir las estatuas de los apóstoles San Pedro y San Pablo, a los que se añadieron más tarde los cuatro evangelistas y patriarcas que representaban las estatuas de Adán, Noé, Abrahám y Moises. Bernini programó la construcción de diez ángeles que sostenían los instrumentos de la Pasión. Él en persona acabó los dos originales de los ángeles que sostienen la inscripción «I.N.R.I.» y la Corona de Espinas, pero ambas fueron requisadas por Clemente IX para su propio deleite. Hoy se encuentran en la iglesia de Sant’Andrea delle Fratte, también en Roma.

Vamos ya con las fotos, sin trípode y altos ISOS.

Relacionado:

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

La Fontana di Trevi es una obra maestra de la escultura barroca y una de las fuentes más icónicas y visitadas de Roma, y se encuentra en el corazón del centro histórico de la ciudad. Es un testimonio de la habilidad artística y la visión de los artistas y arquitectos italianos del siglo XVIII, y se convirtió rápidamente en una de las atracciones turísticas más populares de Roma desde entonces hasta la actualidad.

Esta impresionante obra de arte barroco, presenta una elaborada escena escultórica que representa a Neptuno, el dios romano del mar, en el centro, rodeado por tritones y caballos marinos. La figura central de Neptuno está flanqueada por dos estatuas alegóricas que representan la abundancia y la salud. La fuente también cuenta con numerosas fuentes de agua que simbolizan el flujo de la vida. Sus dimensiones también impresionan: más de 25 metros de altura y una anchura de más de 20 metros.

La fuente está situada en el cruce de tres calles marcando el punto del Aqua Virgo, uno de los antiguos acueductos que suministraban agua a Roma. Los técnicos romanos localizaron una fuente de agua pura a sólo 22 km de la ciudad (escena representada en la actual fachada de la fuente). Esta Aqua Virgo corría por el acueducto más corto de Roma directamente hasta los Baños de Agripa y fue usada durante más de cuatrocientos años.

La fuente fue diseñada por el arquitecto italiano Nicola Salvi y tardó 30 años en completarse. Los trabajos financiados por el Papa Clemente XII empezaron en 1732 y terminaron en 1762, mucho después de la muerte del papa, cuando el Océano de Pietro Bracci fue situado en el nicho central. Las estatuas de la Abundancia y de la Salubridad, en los dos nichos laterales fueron esculpidas por Filippo della Valle.​ La fuente es una obra escultórica de bulto redondo y a la vez relieve. Hay dos hipocampos en la escultura, pero una curiosidad es que uno está calmado y el tritón no tiene que hacer esfuerzo para dirigirlo, en cambio, el otro hipocampo está alterado y el tritón consigue llevarlo con esfuerzo. Esto representa las dos facetas del mar, el mar agitado y el mar pacífico.

Salvi murió antes de que la fuente estuviera completamente terminada, y fue su discípulo, Giuseppe Pannini, quien la finalizó en 1762.

Una anécdota muy curiosa sobre la construcción de la fontana, dice que en la época en que Salvi lo estaba construyendo, frente a la fuente en el extremo derecho (en via della Stamperia) hay un jarrón ornamental que por su forma redondeada se conoce comúnmente como el As de Copas. Su posición es bastante extraña porque no aporta nada al monumento y en un conjunto tan armonioso no tiene contraparte en el otro lado. Cuando Salvi estaba construyendo la fuente, el barbero dueño de la tienda que da a la plaza desde Via della Stamperia, solía atormentar al arquitecto con críticas constantes y sugerencias sin sentido, porque no le gustaba el trabajo. Por eso, en la típica venganza irónica de estilo romano, el arquitecto decidió colocar la gran forma redondeada frente a los escaparates de la barbería de modo que el barbero no pudiese ver el monumento terminado.

Relacionado:

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Si hablamos de la basílica de Santa María y los Mártires, o su otro nombre informal de Santa María Rotonda; nadie (yo el primero) sabríamos de qué nos están hablando porque el nombre histórico (y popular) es el de Panteón de Agripa, para mí lo más bello (y lo más GUAU!!) que he visto en Roma.

En la actualidad es una iglesia que proviene de un antiguo templo romano terminado alrededor del año 126 y su nombre procede del griego Pántheion, que significa «templo de todos los dioses». La mayoría de los autores latinos emplean la forma latina de su transliteración, Pantheon. Mientras que su forma del latín Pantheum está atestiguada por el estudioso escritor Plinio el Viejo.

M·AGRIPPA·L·F·COS·TERTIVM·FECIT

Que sin abreviar, dice que: Marcus Agrippa, Luciī fīlius, consul tertium, fēcit

Y en castellano se traduce como: «Marco Agripa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, (lo) hizo«

Esta es la inscripción que puede leerse en el friso del pórtico de entrada (ver la foto de portada del post). Atribuye la construcción del edificio a Marco Vipsanio Agripa, amigo, general y yerno del emperador Augusto. El tercer consulado de Agripa nos indica el año 27 a. C. 

Durante siglos se pensó que esta inscripción hacía referencia al edificio actual. Sin embargo, tras investigaciones​ efectuadas en el siglo xix se supo que en realidad el templo de Agripa fue destruido y que el existente actualmente es una construcción realizada en tiempos de Adriano.

Durante más de mil años y hasta la construcción de la cúpula del Duomo por Brunelleschi (que en breve visitaremos), fue la mayor cúpula construida por el hombre y es considerado uno de los mayores logros de la arquitectura a lo largo de la historia. Sirvió como fuente de inspiración para todas las grandes cúpulas construidas desde el Renacimiento.

Los siguientes 2 párrafos los he copiado tal cual de este magnífico artículo del que recomiendo su lectura en el blog de PelandinTecno:

Cruzando las puertas de bronce se accedía al interior circular, provisto de siete nichos y bóvedas circulares dedicados a los diferentes dioses. Es en este espacio donde los romanos llegaron a una perfección técnica nunca alcanzada hasta ese momento, al resolver los problemas de peso y empuje de la enorme cúpula que lo cubre. Su estructura principal es de planta circular de algo más de 43 m de diámetro interior, con muros de ladrillo de 6,2 m de grosor con arcos de descarga empotrados y cavidades en las que reposa un casquete liso de mampostería. En su origen, el exterior de estos muros estaba recubierto de sillares pulidos, y la cúpula por placas de bronce dorado.

Sobre estos muros se apoya la enorme cúpula de 5000 toneladas, como una gigante semiesfera que parece representar la bóveda celeste. En la cúspide de la cúpula se abre un óculo de casi 9 m de diámetro que aportaba luz natural. En el interior, la cúpula está adornada por cinco (el número de planetas conocidos por los romanos) hileras concéntricas de 28 cuadrículas cada una. En tiempos de Adriano,  el número 28 se relacionaba  con la perfección (un número perfecto es aquel número natural que es igual a la suma de sus divisores naturales a excepción de él mismo, 28 = 1+2+4+7+14). Antiguamente, el interior de la cúpula estaba revestido de bronce dorado. El tamaño de estas cuadrículas va disminuyendo a medida que nos elevamos hacia el óculo. Las medidas de la cúpula se corresponden con la altura de todo el edificio, de forma que si la cúpula siguiera su línea circular hasta completar una esfera, dicha esfera cabría justo dentro del templo, con sus algo mas de 43 m de diámetro y altura.

El Panteón de Agripa y la cúpula perfecta (pelandintecno.blogspot.com)

Relacionado:

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

Historias de Roma (I): Piazza Navona

Me permito usurpar el título del libro de Enric González Historias de Roma como título de esta serie, ya que junto a Un Otoño romano de Javier Reverte (y sí, también Angeles y Demonios de Dan Brown) fueron libros importantes en la planificación de este viaje.

Quiero empezar por la Piazza Navona, por dos motivos: estaba a 4′ de nuestro hotel pero sobre todo porque me parece una de las plazas más bellas de Roma, y hay muuuchas plazas en Roma (y obeliscos, y fuentes…).

La plaza se levanta sobre el que fue el Stadium de Domiciano, construido en el año 85 donde los romanos acudían a ver los agones («juegos»). El estadio se conocía como Circus Agonalis y se cree que con el tiempo el nombre cambió de in agone a navone y más tarde a navona. Su orientación era dirección norte sur, al igual que la actual plaza y tenía 276 metros de largo por 106 de ancho y podía albergar hasta 30 000 espectadores.

Durante la Edad Media se inició una parcelación progresiva de las ruinas del antiguo estadio, construyéndose algunos edificios, que inicialmente se orientaron hacia las calles adyacentes, terminando por girarse hacia el solar del estadio.

La plaza se definió como espacio público a finales del siglo xv, durante el papado de Sixto V, gran urbanizador de la ciudad de Roma; al trasladarse hasta aquí el mercado existente en el Capitolio. Este mercado en 1869 se trasladó al Campo de’ Fiori, donde sigue actualmente.

Históricamente, la plaza ha albergado representaciones teatrales, carreras de caballos… Desde 1652 hasta 1866 en que fue suprimida, cada sábado y domingo del mes de agosto, aprovechando la forma cóncava de la plaza, se inundaba su parte central cerrando los desagües de las tres fuentes, para convertirse en «El Lago de la Plaza Navona«.

Pero sin duda, lo que más llama la atención, son las 3 fuentes.

Fuente de los 4 Ríos

Situada en el centro, de época barroca fue encargada por el papa Inocencio X a Bernini. Representa los cuatro grandes ríos del mundo conocidos entonces, Nilo (África),  Ganges (Asia),  Danubio (Europa) y Río de la Plata (América) y se encuentra coronada por el obelisco de Domiciano de 17,6 metros de altura, que este emperador mandó construir en Egipto.

Tan grande era la rivalidad entre Bernini y Borromini, que surgen 2 leyendas:

La primera dice que Bernini cubrió con un velo la cara de la imagen del Nilo para evitar ver la atrocidad (según él) de la arquitectura de la iglesia Sant’Agnese in Agone de Borromini, mientras que la segunda dice que la figura del Río de la Plata, que parece alzar la mano frente a la Iglesia de San Agnese (cuya fachada había sido ejecutada por Borromini) con un gesto de ofensa de lo fea que es. Sin embargo esta última sabemos que es falsa ya que Borromini no inicia las obras del templo hasta 1653 cuando la fuente ya está finalizada.

Fontana del Moro

La Fontana del Moro es una fuente localizada lado sur de la plaza y representa a un  moro, o africano, de pie en una concha marina con una cascada, luchando con un delfín, rodeado por cuatro tritones, situada en una base de mármol rosa. Fue diseñada originalmente por Giacomo della Porta en 1575 sólo con el delfín y los tritones. Varios artistas del siglo XVI esculpieron los tritones, dragones y máscaras según los diseños de della Porta. En 1653, se añadió la estatua del moro, obra cómo no!! de Gian Lorenzo Bernini. En 1874, durante una restauración de la fuente, las estatuas originales fueron trasladadas a la Galería Borghese y substituidas por copias.

Fuente de Neptuno

Se encuentra en el extremo norte de la plaza y posiblemente sea la más nueva de las tres. Su lavabo fue diseñado originalmente en 1574 por el artista renacentista Giacomo della Porta. En aquel entonces, hubo un proyecto de toda la ciudad para recuperar algunos de los principales acueductos de Roma para proporcionar agua a la ciudad, lo que dio lugar a una nueva era de fuentes.

Originalmente, la Fuente de Neptuno no tenía estatuas, solo una cuenca con mármol blanco y piedra del mármol local Toscano de Pietrasanta. Como Piazza Navona ya tenía enormes fuentes con estatuas en su extremo sur y en el centro, las autoridades decidieron que era hora de equilibrar las cosas. Armonizar las fuentes de la plaza se convirtió en una prioridad y dos artistas ganaron un concurso para completar esta tarea: Antonio della Bitta y Gregorio Zappalà. Della Bitta creó la estatua “Neptuno luchando con un pulpo”, mientras que Zappalà se encargó de la sección “Nereidas con cupidos y caballos”. La estatuaria se agregó encima de la fuente en 1873,

Un detalle a tener en cuenta es que (premio para quien lo acierte 😀) Bernini, creador como dijimos antes de la fuente principal de la Piazza Navona (Fuente de los Cuatro Ríos), hizo unos retoques en la estructura de la fuente un siglo después, en 1651, por lo que la fuente no tiene un riguroso orden simétrico.

Relacionado:

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

A %d blogueros les gusta esto: