El stress de la bajada de un pindio acantilado con piedra suelta, rematado con el escalón de algo más de 2 metros de altura que hay que bajar (y luego subir) con una cuerda o como fue este caso con una escalera puesto por nuestro guía Mario de guiascantabricos.com, y la pequeña mojadura de la entrada merecen la pena con tal de disfrutar de la maravilla natural que se esconde en el interior del cabo Vidío, justo debajo del faro.
Una cúpula de más de 60 metros y 3 entradas de la mar convierten a la Iglesiona en un sitio mágico al que hay que bajar al menos una vez en la vida.
Una vez que entras… a disfrutar!!