Se que el título suena raro, pero si estás en Florencia qué menos que pasarte por La Santa Croce (Santa Cruz) para ver las tumbas de estos 4 genios florentinos. Uno de los más grandes poetas italianos Ugo Foscolo, a principios del S. XIX la llamaba: Tempio delle itale glorie (el templo de las glorias itálianas).
Pero empecemos por el principio. La Basílica
La Basilica di Santa Croce o Basílica de la santa Cruz, comenzó a construirse en 1294, siendo su arquitecto Arnolfo di Cambio. Y una de las cosas que tenía que cumplir esta basílica era la de ser más grande que Santa María de Novella.
Es la iglesia franciscana más grande del mundo. Subvencionada por el pueblo y la República florentina, se construyó sobre la base de una pequeña iglesia, cercana a las murallas de la villa, edificada entre 1222-1252 por los franciscanos, en vida de San Francisco y continuada después de su muerte. Durante los siete siglos transcurridos desde su fundación, la basílica fue objeto de remodelaciones y nuevos proyectos de modernización adquiriendo, así, nuevas connotaciones simbólicas: desde su origen primero de iglesia franciscana, a convertirse en sepultura religiosa para las grandes familias y las corporaciones de la Florencia medicea, de laboratorio y taller artístico a centro teológico, y por último como panteón de las glorias italianas.
La fachada de la iglesia quedó sin terminar durante más de cuatro siglos mostrando una superficie de piedra caliza desnuda. Cuando en el siglo xix la Iglesia se convirtió en el Panteón de los italianos, fue necesario completar la obra. En 1857 se puso la primera piedra de la fachada y se inauguró el 3 de mayo de 1863, aunque la decoración de la fachada se completó en 1865, en conmemoración del sexto centenario del natalicio de Dante Alighieri. Un monumento dedicado al poeta fue ubicado en el centro de la plaza frente a la Basílica, aunque posteriormente y debido a que la plaza tradicionalmente es sede de torneos, fiestas populares y juegos, como el Calcio Storico fue movida a su ubicación actual a la izquierda de la Iglesia.
La fachada es de estilo neo-gótico y tiene tres frontones triangulares, el del centro más alto. Está cubierta con mármoles de colores (blanco predominante, rojo, verde, azul y negro – el blanco de Carrara, el verde de Prato –otra ciudad de la Toscana– y el rojo de Egipto -), siguiendo la tradición arquitectónica florentina. Su arquitecto fue Niccolò Matas.
Y como digo en el título del post, en su interior están las tumbas de Miguel Angel, Galileo Galilei, Dante Alighieri y Nicolás Maquiavelo.
La tumba de Miguel Angel fue construida por Vasari, un gran admirador de Miguel Angel y representó las tres artes que practicó el genio toscano: arquitectura, pintura y escultura. Ésta última, la que Miguel Ángel creía que era la mayor de las artes, es la que llora su muerte.
La tumba de Galileo. Como dato curioso Galileo Galilei fue bautizado el día de la muerte de Miguel Ángel. Y sus monumento funerarios están justo uno enfrente del otro. Además, los restos mortales de Galileo se trasladaron aquí un 12 de marzo a las 6 de la tarde, en el día y hora exactos en los que se habían sepultado los restos de Miguel Ángel casi dos siglos antes, como para dar continuidad a ese homenaje de dos genios toscanos. En el monumento fúnebre de Galileo se pueden ver las personificaciones de la geometría y de la astronomía. Pero falta una de las estatuas previstas inicialmente: la de la filosofía, ya que la Iglesia reconoció a Galileo como geómetra y astrónomo pero no como filósofo.
Como curiosidad, fue en esta basílica donde Stendhal en 1817 padeció los síntomas que dieron lugar al conocido como síndrome de Stendhal descritos en su libro Rome, Naples et Florence explicando su reacción de mareo, taquicardias y sudores que le obligaron a irse y dejar de admirar el monumento para recuperarse.
(No) tumba de Dante. Realmente es su cenotafio, es decir monumento funerario que no contiene el cadáver del personaje a quien se dedica.
Otras tumbas son las del compositor Gioacchino Rossini, el poeta Ugo Foscolo –el que nombramos al principio que definió la Santa Croce como el “templo de las glorias itálicas”– y el dramaturgo Vittorio Alfieri. Fuente el blog de saltaconmigo.
Bonus: También se puede ver en Florencia la tumba de otro ilustre, Donatello. En la iglesia de San Lorenzo