Yaiza, 1 de Septiembre de 1730

El 1º de Septiembre (de 1730) entre las nueve y diez de la noche la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diez y nueve días. Pocos días después un nuevo abismo se formó y un torrente de lava se precipitó sobre Timanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca. La lava se extendió sobre los lugares hacia el Norte, al principio con tanta rapidez como el agua, pero bien pronto su velocidad se aminoró y no corría más que como la miel. Pero el 7 de septiembre una roca considerable se levantó del seno de la tierra con un ruido parecido al del trueno, y por su presión forzó la lava, que desde el principio se dirigía hacia el Norte a cambiar de camino y dirigirse hacia el NW y WNW. La masa de lava llegó y destruyó en un instante los lugares de Maretas y de Santa Catalina, situados en el Valle. El 11 de Septiembre la erupción se renovó con más fuerza, y la lava comenzó a correr. De Santa Catalina se precipitó sobre Mazo, incendió y cubrió toda esta aldea y siguió su camino hasta el mar, corriendo seis días seguidos con un ruido espantoso y formando verdaderas cataratas. Una gran cantidad de peces muertos sobrenadaban en la superficie del mar, viniendo a morir a la orilla. Bien pronto todo se calmó, y la erupción pareció haber cesado completamente.

El 18 de Octubre tres nuevas aberturas se formaron inmediatamente encima de Santa Catalina, que arden todavía y de sus orificios se escapan masas de humo espeso que se extienden por toda la isla, acompañado de una gran cantidad de escorias, arenas, cenizas que se reparten todo alrededor, viéndose caer de todos los puntos gotas de agua en forma de lluvia. Los truenos y las explosiones que acompañaron a estos fenómenos, la obscuridad producida por la masa de cenizas y el humo que recubre la isla forzaron más de una vez a los habitantes de Yaiza a tomar la huida, volviendo bien pronto, porque estas detonaciones no aparecieron acompañadas de otro fenómeno de devastación

Extracto del manuscrito del cura Párroco de Yaiza, Don Andrés Lorenzo Curbelo, que relata los acontecimientos desde el comienzo de la erupción hasta que la población de la zona emigró entre 1731 y 1732, ante los continuados procesos volcánicos que se sucedieron.

Hoy hace 293 años del inicio de las erupciones más violentas de la historia del volcanismo en la isla de Lanzarote, que duraron hasta 1736.

Y todo empezó aquí, en el volcán del Cuervo:

Si ampliáis esta vista panorámica desde la ladera de Montaña Negra (casi el único volcán del entorno del Cuervo que no entró en erupción) destacan la Caldera o volcán del Cuervo a la izquierda y en el centro de color rojizo el volcán de Timanfaya. En general, sorprende la línea de volcanes formada por estas erupciones y que hoy forman el Parque Nacional de Timanfaya.

Curiosidades de este periodo eruptivo:

  • Un decreto del rey Felipe V prohibió a los Lanzaroteños abandonar la isla bajo pena de muerte.
  • Indirectamente todas las islas Canarias se vieron afectadas, ya que los Lanzaroteños tenían reservas almacenadas de trigo, cebada y otros cereales hasta para 10 años; y estas fueron destruidas.
  • Se estima que entre 800 y 900 personas (200 hogares) se vieron afectadas directamente y perdieron sus casas.
  • 12 poblaciones fueron destruidas por completo (Chimanfaya, Mancha Blanca, Rodeo…).
  • A pesar de los datos anteriores, sólo consta un fallecido en todo este periodo, concretamente un niño.
  • Cuando el 16 de Abril de 1736 cesaron todas las erupciones, 1/3 de la superficie de Lanzarote quedó convertida en un desierto de malpaís, totalmente inhabitable hasta hoy en día (una parte es Parque Nacional de acceso muy muy restringido y otra es Parque Natural protegido).

En la próxima entrada hablaré sobre el precioso paseo que se puede hacer recorriendo (y ascendiendo si procede) Montaña Negra, Montaña Colorada y Volcán del Cuervo.

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