Historias de Roma (I): Piazza Navona

Me permito usurpar el título del libro de Enric González Historias de Roma como título de esta serie, ya que junto a Un Otoño romano de Javier Reverte (y sí, también Angeles y Demonios de Dan Brown) fueron libros importantes en la planificación de este viaje.

Quiero empezar por la Piazza Navona, por dos motivos: estaba a 4′ de nuestro hotel pero sobre todo porque me parece una de las plazas más bellas de Roma, y hay muuuchas plazas en Roma (y obeliscos, y fuentes…).

La plaza se levanta sobre el que fue el Stadium de Domiciano, construido en el año 85 donde los romanos acudían a ver los agones («juegos»). El estadio se conocía como Circus Agonalis y se cree que con el tiempo el nombre cambió de in agone a navone y más tarde a navona. Su orientación era dirección norte sur, al igual que la actual plaza y tenía 276 metros de largo por 106 de ancho y podía albergar hasta 30 000 espectadores.

Durante la Edad Media se inició una parcelación progresiva de las ruinas del antiguo estadio, construyéndose algunos edificios, que inicialmente se orientaron hacia las calles adyacentes, terminando por girarse hacia el solar del estadio.

La plaza se definió como espacio público a finales del siglo xv, durante el papado de Sixto V, gran urbanizador de la ciudad de Roma; al trasladarse hasta aquí el mercado existente en el Capitolio. Este mercado en 1869 se trasladó al Campo de’ Fiori, donde sigue actualmente.

Históricamente, la plaza ha albergado representaciones teatrales, carreras de caballos… Desde 1652 hasta 1866 en que fue suprimida, cada sábado y domingo del mes de agosto, aprovechando la forma cóncava de la plaza, se inundaba su parte central cerrando los desagües de las tres fuentes, para convertirse en «El Lago de la Plaza Navona«.

Pero sin duda, lo que más llama la atención, son las 3 fuentes.

Fuente de los 4 Ríos

Situada en el centro, de época barroca fue encargada por el papa Inocencio X a Bernini. Representa los cuatro grandes ríos del mundo conocidos entonces, Nilo (África),  Ganges (Asia),  Danubio (Europa) y Río de la Plata (América) y se encuentra coronada por el obelisco de Domiciano de 17,6 metros de altura, que este emperador mandó construir en Egipto.

Tan grande era la rivalidad entre Bernini y Borromini, que surgen 2 leyendas:

La primera dice que Bernini cubrió con un velo la cara de la imagen del Nilo para evitar ver la atrocidad (según él) de la arquitectura de la iglesia Sant’Agnese in Agone de Borromini, mientras que la segunda dice que la figura del Río de la Plata, que parece alzar la mano frente a la Iglesia de San Agnese (cuya fachada había sido ejecutada por Borromini) con un gesto de ofensa de lo fea que es. Sin embargo esta última sabemos que es falsa ya que Borromini no inicia las obras del templo hasta 1653 cuando la fuente ya está finalizada.

Fontana del Moro

La Fontana del Moro es una fuente localizada lado sur de la plaza y representa a un  moro, o africano, de pie en una concha marina con una cascada, luchando con un delfín, rodeado por cuatro tritones, situada en una base de mármol rosa. Fue diseñada originalmente por Giacomo della Porta en 1575 sólo con el delfín y los tritones. Varios artistas del siglo XVI esculpieron los tritones, dragones y máscaras según los diseños de della Porta. En 1653, se añadió la estatua del moro, obra cómo no!! de Gian Lorenzo Bernini. En 1874, durante una restauración de la fuente, las estatuas originales fueron trasladadas a la Galería Borghese y substituidas por copias.

Fuente de Neptuno

Se encuentra en el extremo norte de la plaza y posiblemente sea la más nueva de las tres. Su lavabo fue diseñado originalmente en 1574 por el artista renacentista Giacomo della Porta. En aquel entonces, hubo un proyecto de toda la ciudad para recuperar algunos de los principales acueductos de Roma para proporcionar agua a la ciudad, lo que dio lugar a una nueva era de fuentes.

Originalmente, la Fuente de Neptuno no tenía estatuas, solo una cuenca con mármol blanco y piedra del mármol local Toscano de Pietrasanta. Como Piazza Navona ya tenía enormes fuentes con estatuas en su extremo sur y en el centro, las autoridades decidieron que era hora de equilibrar las cosas. Armonizar las fuentes de la plaza se convirtió en una prioridad y dos artistas ganaron un concurso para completar esta tarea: Antonio della Bitta y Gregorio Zappalà. Della Bitta creó la estatua “Neptuno luchando con un pulpo”, mientras que Zappalà se encargó de la sección “Nereidas con cupidos y caballos”. La estatuaria se agregó encima de la fuente en 1873,

Un detalle a tener en cuenta es que (premio para quien lo acierte 😀) Bernini, creador como dijimos antes de la fuente principal de la Piazza Navona (Fuente de los Cuatro Ríos), hizo unos retoques en la estructura de la fuente un siglo después, en 1651, por lo que la fuente no tiene un riguroso orden simétrico.

Relacionado:

Historias de Roma (II): Panteón de Agripa

Historias de Roma (III): Fontana di Trevi

Historias de Roma (IV): Castel y Ponte sant’Angelo

Historias de Roma (V): Plaza, Basílica y Cúpula de San Pedro (del Vaticano)

Historias de Roma (VI): Museos Vaticanos

Historias de Roma (VII): Colisseo y Foro

Historias de Roma (VIII): Cúpulas y Obeliscos

Historias de Roma (IX): Caravaggio, Miguel Angel, Rafael y más

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